Érase dos veces dos cerditos y una cerdita.
Un clásico reescrito. En esta ocasión no soplará y soplará, pero unos cuantos prejuicios derribará.
Érase dos veces es una oportunidad para los cuentos de siempre. Sin sexismo, sin violencia ni desigualdad. Mágicos, divertidos y coeducativos. Cuando empezamos a leer los cuentos clásicos a nuestra hija , nos dimos cuenta de que le estábamos transmitiendo que las princesas esperan y los príncipes deciden, que los lobos devoran a las abuelitas, que las brujas no son sabias...